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La pista repleta de sillas ordenadas por secciones, gradas y palcos llenos en el Palacio de los Deportes. Gente de pie desde sus lugares, algunos portaban la playera con el nombre de la banda. En las pantallas se mostraba el logo del grupo. Pasadito de las 8:00 p.m., se veían algunos celulares levantados entre los 18 mil asistentes presentes para recibir a una de las bandas más emblemáticas del rock mexicano: Caifanes.

Desde las primeras notas de “Dioses Ocultos” se realizaba una especie de viaje al pasado donde los músicos de Caifanes hacían un recorrido musical a lo largo de temas clásicos en la historia del rock mexicano. En las pantallas se veían imágenes un tanto cósmicas y la luna al fondo. Los asistentes sacaban sus teléfonos para grabar, por lo que las pantallas simulaban destellos de estrellas.

El viaje al pasado iniciaba con “Para Que No Digas Que No Pienso En Ti”. En el escenario había cinco pantallas en las que se enfocaban a cada músico. “Caifanes está a tus pies”, decía Saúl Hernández a su público antes de cantar “Te Estoy Mirando” y “Miedo”.

En el fondo del escenario  se veían cuatro recuadros que iban cambiando de acuerdo al color de las luces. Al ritmo de “Nubes” las luces giraban por el techo del Palacio de los Deportes. Los fans brincaban mientras coreaban la canción y aplaudían.

“El aplauso sigue siendo tuyo. Esto es solamente un pretexto para que te liberes, raza”, decía Saúl para comenzar a cantar “Nada” y “Cuéntame Tu Vida”. Para interpretar “Piedra”, el  vocalista daba alguna cifras sobre la drogadicción y decía: “No consuman drogas”. Conforme transcurría el tiempo del concierto, la gente coreaba cada vez más fuerte temas como “Mátenme Porque Me Muero” y “Ayer Me Dijo Un Ave”.

“Esta canción es para ti, raza, porque en varios periodos de la historia de nuestro país, nuestros padres y nuestros abuelos han estado manteniendo la realidad de nuestro país. La realidad de nuestro país no está en los Pinos, ni con los senadores… Tú te estás partiendo la madre, por eso esto es para ti”, decía Saúl Hernández antes de cantar “Antes De Que Nos Olviden”. En los coros dejan que la gente cante una parte y se jugaba con las luces en el techo.

Los solos del bajo retumbaban en el Palacio para interpretar temas clásicos con los que sus fieles seguidores recordarían aquellos tiempos. Iniciaban canciones como: “El Negro Cósmico”, “Detrás De Ti”, “De Noche Todos Los Gatos Son Pardos” y “Aviéntame”.

Melenas agitadas al ritmo de las notas de “Amanece” mientras el coro se mostraba en la pantalla para que los fans pudieran cantar a la par de Caifanes. Algunos daban pequeños saltos desde sus lugares con “Perdí Mi Ojo De Venado”.  “Esto necesita México: Unidad. Ser uno”, declaraba el vocalista con “Aquí No Es Así” mientras se agachaba para saludar a algunas de las personas de hasta el frente.

Los duelos entre las guitarras no se hacían esperar con “La Célula Que Explota”, una de las máximas canciones de la banda, la cual fue coreada por todos los asistentes. Los músicos dejaban sus instrumentos a un lado y Saúl fue el encargado de presentar a la banda. “Ya lo saben. Esto no sería posible sin ustedes”, decía Sabo Romo.

Caminaban a cada extremo del escenario y hacían una reverencia ante su público antes de irse. La gente los ovacionaba. Luego de varios aplausos y gritos, Caifanes regresaba al escenario con “Por Ti” como un homenaje al ‘Caifán Mayor’, Oscar Chávez.

Hacían un bloque de tributo a David Bowie con “Heroes” y con “Te Lo Pido Por Favor” para Juan Gabriel. En las pantallas se proyectaban imágenes de los músicos mientras la gente coreaba los temas y grababa con su celular. La letra de “No Dejes Que” era bien recibida por el público antes de que la banda se despidiera de nuevo.

Una vez más regresaban al escenario con “Quisiera Ser Alcohol” y “Viento”. “Que tus sueños se cumplan en el 2017 y que tengas mucha luz. Que Dios te bendiga. Muchas gracias por estar aquí. Feliz, feliz año. ¡Qué te la pases con tus seres queridos!”, decía Saúl antes de cantar “Nos Vamos Juntos”. Todos comenzaban a tomar a sus parejas. Desde sus butacas meneaban sus caderas al ritmo de la ya clásica, “La Negra Tomasa”.

Pese a ser una banda ochentera, Caifanes demostraba de qué estaba hecha. Sus almas rockanroleras siguen siendo jóvenes. Sus seguidores continúan cantando los temas musicales con mucha energía y pasión. Para algunos, las butacas solamente eran un impedimento para poder bailar y moverse sin cesar al ritmo de rock mexicano.

Por: Jacqueline Ponce
Fotos: Cortesía Ocesa (Lulú Urdapilleta)

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