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En 1945 Nagasaki e Hiroshima sufrieron dos de los ataques más brutales para una, hasta entones, pequeña nación. Sin embargo Japón se levantó de sus cenizas y hoy en día es uno de los países más poderosos, importantes y ejemplares del mundo.

Algo así es el mensaje que, a base del rock de la más alta calidad que actualmente se hace en México, Yangs le quiere dar a su público; es decir, no importa qué tan complicado se vea el panorama, siempre podemos aprender de nuestras caídas y heridas, puesto que aunque no lo parezca éstas desaparecerán.

Un Día en Hiroshima no solamente es el reflejo de más de una década de trabajo musical, es un rayo de luz entre las tinieblas radiofónicas que abundan hoy en día.

Prueba de ello son los tracks; “El Último Día De La Tierra”, “Con Tus Manos”, “Mentía”, “Febrero”, “Bienvenida Soledad” y “No Puedes Detenerme”, canciones que entre más las repitas, mayores dosis de poderoso alternative rock tendrás.

Mención honorífica recibe “Viento”, poesía original de Caifanes pero que Yangs, al ser acompañados por el maestro Alfonso André y desempeñarse de forma ejemplar en la batería de Javier Sánchez y la ideal voz rockera de Gonzalo Heredia, le dan un toque de autoridad a sus instrumentos y homenajean cabalmente al grupo leyenda del rock mexicano.

He aquí nuestra entrevista exclusiva para EXTENSIÓN junto a los hermanos Heredia (Luis y Gonzalo), cabezas principales de Yangs.

¿Qué significa Yangs?
Luis Heredia: Tal cual es una extracción de Ying Yang. ¿Por qué? Porque, yo como bajista y fan de Victor Wooten, [considerado dentro de la industria musical como uno de los mejores bajistas de los 90] tenía su disco a la mano, el día que nos hablaron de un concurso al que nos habíamos metido, y como necesitábamos un nombre fue lo primero que dije.

Gonzalo Heredia: La historia más chafa del mundo. Porque fue totalmente improvisado. La banda se pudo haber llamado galleta o… no sé.

¿Llevan más de una década juntos?
GH: Pues hemos parado, regresado, parado. Es como si tuvieras la misma novia toda la vida. Algunas veces la hemos parado, por muchos años, pero siempre ha seguido con el mismo proyecto.

¿Por qué es tan difícil encontrar una banda mexicana con un sonido poderoso que no sea escandalosa?
GH: Sabes qué yo creo que es la grabación. Yo creo que puede ser la grabación. Se lo atribuyo a eso.

¿Y cuando es en vivo?
GH: Pues es que ahí sí vamos a ser muy escandalosos [Risas]. Yo creo que este disco lo cuidamos mucho, Manuel [Rubio Mendoza productor de Un Día En Hiroshima] lo cuidó mucho, precisamente porque sabe que nuestras líneas melódicas son sencillas, no muy estridentes, nunca pasamos a ser una banda que se muy ponchada siempre es una línea melódica muy alternativa, puede que hasta popera. Se cuidó mucho eso, Manuel lo cuidó mucho, está acariciando un poco el oído. Es como el fin principal.

¿Qué tan involucrado estuvo Adrián ‘Rojo’ Treviño en Un Día en Hiroshima?
GH: ‘Rojo’ es un gran amigo de nosotros al que admiramos, que tiene una trayectoria muy padre, que tiene bandas que se han hecho icónicas y tiene un conocimiento increíble, nunca tiene miedo de compartirlo, Adrián es un tipazo, no se guarda nada.

El nos ayudó a hacer cinco de estos temas, la mezcla, y los fuimos a ver y pues le quedó increíble. Somos muy fans de él, lo quiero mucho y es un gran amigo, un gran maestro, para mí es un gran maestro. Funcionó muy bien.

También está ‘Jimmy’ [Cavazos], que tiene varios Grammy’s en su haber, y también ha hecho varias cosas de bandas. El hizo el mastering de este disco, de ciertas canciones, y estaba a la mitad de las sesione porque nos íbamos a mezclar con ‘Rojo’ y ahí estaba Manuel, puro rockero que contaba sus historias de discos pasados, ni Manuel ni Adrián se guardaron algo para con nosotros.

Contar con Alfonso [André] fue increíble, estamos muy orgullosos de que le haya dado la gana grabar una canción con nosotros… y por cierto, mientras estábamos grabando esa canción [“Viento”] él sacó una canción muy bonita, es una balada, la cual es brutal por su calidad interpretativa, sus nuevas canciones, su disco de solista, ¡somos fans!

Entonces la grabación del video fue muy fácil
GH: Así es. En ese momento creo que lo teníamos atiborrado, pobrecito [risas]. Porque mientras que grababa su voz, había un güey aquí al lado tomándole video [Gonzalo levanta su mano muy cerca de su cabeza en forma de ‘se’ como fuera una cámara], fue muy así… muy abrumador para él, pero creo que nos la pasamos muy bien. Él llegó con toda la actitud de hacer todo lo mejor posible, y se refleja porque quedó bien padre esa canción. Me gustó mucho.

Las primeras notas de “El Último Día De La Tierra” me recordaron inmediatamente a Silversun Pickups, específicamente la introducción de “Lazy Eye” ¿Qué bandas los inspiran?
GH: Desde luego. Pero un poco antes de Silversun me ha gustado mucho The Smashing Pumpkins, no agarro tantos elementos de los Smashing’s pero en esta ocasión sí, además de “Lazy Eye” porque se me hace una canción increíble, tienen una similitud, ya no en la melodía ni en el desarrollo, pero sí me gusta mucho el riff de entrada que también puede ser 1979, es un poco ahí el mismo intervalo.

Está muy padre, muy bonito. Nunca me ha dado miedo decir que está inspirado en esas canciones, si hubiera podido inspirarme en otra canción de esta época, lo haría con… cómo se llama… “Cool Kids” [de Echosmith], una banda increíble.

Kinky, Molotov, Hombres G también un poco. Me gusta mucho la forma de hacer líneas de Paco Huidobro, las guitarras de Fobia, se me hace increíble el tipo, increíble, increíble, increíble soy muy fan, de Paco adoro sus desarrollos. Se me hace otro tipo brutal.  Él es el que más me gusta.

Los Rolling Stones en sus inicios tocaban puros covers. Sin embargo lo hacían con tal pasión que desde ahí empezaron a forjar la leyenda que hasta hoy suma millones de seguidores, ¿qué se necesita para tener esa pasión dentro del rock?
GH: Haber crecido con él, y haberla conocido y tenido desde niño, eso es muy importante. Para poder desarrollar ese grado de pasión, tuvo que estar desde tus cimientos, escuchar ese tipo de música, casarte con esa sensación del rock n roll es esa cierta violencia, tiene que haber esa agresividad. Si es rock n roll siempre la tiene que haber.

Ese perfil de persona lo tiene. Los rockeros siempre se identifican con eso. Son más vividos, los rockeros siente tienen una forma de ser más compleja.

Pero para lograr eso, ¿no hay que pelear contra el pop y “el nuevo pop”, el reggaeton?
GH: Yo pienso que esa pelea es imposible… porque a la gente… [Gonzalo cavila durante unos segundos más para finalmente decir] es que hay mucha gente a la que le va a gustar sierre el reggaeton, y no tiene nada de malo, no está mal hecho, tiene muchas reglas muy bien cumplidas, las producciones están muy bien. A lo mejor el tipo que canta, no canta tan bien pero tiene otras aptitudes que lo hacen muy apto.

Entonces, porquería no lo es, creo que cada quien debe tener su propio espacio, el rock siempre va a tener su propio espacio como ha sido. Lo único que no me gusta es que prendes el radio y todo es reggaeton; en una está Daddy Yankee, en otra Enrique Iglesias y dices “Mta madre. Ya pongan otra cosa”.

Pero no me desagrada completamente, está padre, tiene sus reglas y está muy bien hecho, pero yo nunca cantaría reggaeton.

¿Que tan complicado es hacer atractivas canciones de rock en español?
GH: Yo creo que es todo un arte, y ha de ser muy complicado, estás canciones [de Un Día en Hiroshima] a mí me acarician los oídos y me gustan mucho, pero realmente uno no es el que decide, el que decide es el público.

Si a la gente le gusta, tendrás éxito y será muy padre. Pero para mí el éxito personal ya lo tenemos. Ahorita me siento muy afortunado y este disco me encanta, y ya es mi éxito.

Ahora, el éxito comercial es lo que sigue. Me despreocupa un poco, pero no debe uno despreocuparse tanto porque también es importante; es importante que a la gente le llegue a gustar y le llegue a acariciar el oido como a uno.

O que también nos digan “¡Está horrible!”, porque nos da una pauta para saber donde doblar y donde no doblar el camino. Además de no ser una banda sólo de covers.

¿El público mexicano es realmente abierto y ecléctico?
GH: Sí, definitivamente sí. Es sólo un poco más difícil con las bandas de aquí [México], porque si viene una banda de Los Ángeles o de Europa los adoran al instante, y eso está bien, está padre, pero la gente del DF es complicada. Siempre es un reto.

Ir a tocar a cualquier otro lugar que no sea el [otrora] Distrito Federal, es algo muy sencillo, la gente se emociona inmediatamente, pero en el DF es un poco más complicado.

¿Qué tipo de visuales estarán integrados en su concierto en el Pasagüero? ¿Es parecida a la producción espectacular que involucra el video de “Viento”?
GH: Más bien lo que vamos a hacer será llevar físicamente algunos elementos del disco para hacer una fotografías, va a ser una dinámica en la que alguien más va a poder estar integrado en esa fotografía [de la portada del álbum con el característico hongo de polvo que provocan los bombardeos atómicos como el que padeció esa ciudad japonesa]. Más allá de las luces y sonido del Pasagüero.

¿Y por qué el LP se llama Un Día en Hiroshima?
GH: El disco engloba una frase, que siempre después de algo malo, hay algo bueno, siempre que haya una experiencia mala, te puedes quedar con una buena, de eso habla el disco.

Todas las canciones van mal; o sea, son malas canciones, con letras tristes, cosas feas, pero posteriormente siempre queda algo bueno. Puede ser una paz mental que después te lleve a un nuevo comienzo.

Por: Ángel Caballero (@AngelReject)
Cartel: Cortesía

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