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La escritora Marta Sanz dijo que cuando los críticos del sistema tienen un megáfono para decir lo que piensan, “se nos pone un esparadrapo en la boca porque parece que ya no estamos legitimados, parece que ya no tenemos derecho, parece que vamos a morder la mano que nos da de comer”.
Sin embargo “yo me niego. Mientras tenga megáfono lo voy a usar. Y si tengo que morder la mano que me da de comer, la morderé. Rescatando un afomorismo de mi padre, ‘sólo los perros bien entrenados no muerden la mano de quien les da de comer’. Yo me niego a ser una perra bien entrenada, yo puedo ser una perra mentirosa como en el poemario que escribí, pero nunca una perra bien entrenada”, remarcó la ganadora del Premio Herralde de Novela.
La escritora madrileña presentó Farándula, obra donde habla acerca de los personajes del espectáculo en España. Semejante a lo que hizo Alejandro González Iñárritu en Bidman (2014), Sanz explica en su libro cómo es que las estrellas tienen sus clases sociales y penetra en sus vidas, por lo que rompe con las fronteras geográficas y aborda una cuestión internacional.
La escritora dijo que cuando realizó su libro jamás pensó que sería laureado, “pero el hecho de que haya ganado el premio a mí me coloca tan a los pies de los caballos, y me coloca en un lugar tan susceptible de ser satirizado como los propios personajes de mi novela”.
Sanz eligió el mundo de los actores por su carácter icónico, además de ser más visibles que los escritores, quienes no son representativos y además no les hacen caso. La novelista señaló que, caso contrario, “en cuanto los actores toman la palabra para decir algo y se comportan como ciudadanos y adoptan una posición política” su voz es más escuchada.
La obra que aparece bajo el sello de Anagrama recoge algunos de los insultos que se dicen a los actores a través de Internet. Agregó que Farándula habla de un cambio de modelo cultural, “no tanto económico, porque estamos viviendo la radicalización de un modelo económico, y seguramente nuestro nuevo modelo cultural tiene que ver con la radicalización de ese neoliberalismo, y de cierta ideología simpática de Sillicon Valley”.
