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La espuma de los días, de Boris Vian, es un libro lleno de simbolismos que abordan la realidad a partir de la irrealidad. Al pasar por las páginas el lector se ve envuelto en el jazz narrativo del surrealismo del autor cuyas imágenes revelan lo efímero del ser humano contemporáneo, así como el paso de la juventud a la “madurez”.

La obra de Vian aborda temas como la juventud, el amor, el mundo laboral, el culto a los iconos de la cultura y lo efímero de la vida. La espuma viene y va, va y viene; es un ciclo que llega a su fin pero que también marca un nuevo inicio, aunque en el caso de la novela del autor francés ésta lleva hacia un fin.

El escritor critica duramente al pensador existencialista Jean Paul Sartre (Jean Sol Partre) y la enajenación de sus seguidores; es decir, de la creación de una vaca sagrada. [Dato curioso, la mujer de Boris, Michelle Vian, fue amante de Sartre, apunta The New Yorker]

La Espuma de los Días aborda la historia de Colin, Chick, Alise y Chlóe, dos parejas jóvenes que tienen una fuerte amistad. Sin embargo, sus ideas abren destinos diferentes a cada uno de ellos los cuales empeorarán cuando Chlóe, esposa de Colin, enferma y le crece un nenúfar en el pecho.

Ese libre amorío de Sartre y Simone de Beauvoir se ve reflejado en los personajes de Chick y Alise, esta última deseando al final haber conocido primero a Colin en vez del ciego seguidor de “Partre”. Esta es la más tóxica empezando como un interés mutuo por Partre, aunque va quedando de lado debido al fanatismo de Chick y su baja estima en el contexto social.

El fanatismo va de la mano de la mercantilización tras la II Guerra Mundial, lo que más tarde, en la realidad, llevaría a los jóvenes a iniciar la revuelta del mayo francés, en 1968.

La novela de Vian tiene una crítica directa a la mercantilización cuando Chick, pese a conocer su precaria situación, sigue comprando hasta los pantalones y la pipa de “Partre”. Alise, al percatarse de la ruina que significaría a su amado la publicación de la enciclopedia, decide “salvarlo” pese a que ya es tarde.

El consumismo y salvajismo del mercado también se ve reflejado en la historia de Colin, quien pese a tener suficiente dinero para no trabajar toda su vida, tras la enfermedad de su amada queda en la pobreza y su mujer muere. Vian no hace su narración de forma cursi, aborda el problema de cómo en una sociedad de consumo cada vez el ser humano tiene menos tiempo para estar con la persona que ama; regresa a uno de los temas que se platican a lo largo del texto, que es la función de las máquinas para realizar el trabajo de los seres humanos mientras éstos puedan realizar sus actividades. Un mundo de comercio y trabajo que consume, que priva de las actividades personales y deteriora la atención al ser amado.

La novela de Boris Vian es un reflejo de las inquietudes artísticas de las vanguardias de la primera mitad del siglo XX, incluso formando parte de la trama a los animales antropomorfos que reflejan el espíritu del protagonista (el ratón que, al final, mete la cabeza en la boca del gato).

Por otro lado, Michel Gondry fue el director fue el ideal para llevar a la pantalla grande esta historia, aunque no por ello las situaciones quedan más explícitas.

Por: Humberto de la Vega

 

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