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Con más pena que gloria, el #CC15 vivió un par de fechas complicadas. Por nuestra parte, resumimos la pobre experiencia vivida con esta nota-cronicada del segundo día de actividades:

SOHN: SORPRENDE 

SOHN bajo las nubes grises de la Ciudad de México. Foto: Marko Sauce.
SOHN bajo las nubes grises de la Ciudad de México. Foto: Marko Sauce.

La música electrónica no tiene porqué ser estruendo que reviente tímpanos, eso quedó claro con la agradable presentación de SOHN; compositor y productor británico, que con sonidos pausados y rítmicos, trajo los primeros bailes cadenciosos en el Corona Capital, bajo un sol opacado por las nubes, que empezaban a amenazar con traer la tan temible lluvia.

MIAMI HORROR: POP BÁSICO

Mark escalando en su presentación. Foto: Marco Sauce.
Plant escalando en su presentación. Foto: Marco Sauce.

Los australianos de Miami Horror empezaron con 13 minutos de retraso, pero eso no fue lo peor, el verdadero problema surgió cuando su electroindie empezó a sonar monótono, hasta el punto en que se se sentía que con escuchar una rola, ya habías escuchado todo su repertorio.

La gente tampoco se comportó a la altura; mientras un@s sacaban sus pasos de bailes más estrambóticos (por no decir ridículos), los demás no dejaban de asentar con la cabeza como muñequitos de tablero de coche. Ni siquiera cuando Benjamin Plant, líder, voz y guitarrista de la banda, escaló una parte del Escenario Doritos, la gente se prendió de forma espontánea.

 

TOKiMONSTA: REFRESCANTE Y NOCTURNA

Hermosa oscuridad entre tanta intrascendencia musical. Foto: Marko Sauce.
TOKiMonsta, hermosa oscuridad entre tanta intrascendencia musical. Foto: Marko Sauce.

La californiana Jennifer Lee, mejor conocida como TOKiMonsta, mezcló en su tornamesa una serie de ritmos hiphoperos, R&B y dance, que puso a la gente que se refugiaba bajo la carpa de Claro Música a sacar sus pasos de baile más “gánsters”.

Siempre sonriente y atenta a la reacción del público, la joven tornamesista le brindó una ambiente nocturno y fiestero a la última tarde del #CC15.

MEW: REPETITIVO Y LAXO 
La oscuridad llegó al festival y con ella el rock experimental de Mew, que más bien era pop del más pobre octanaje.

Lo que al parecer poco le importó a los fanáticos de estos daneses, quienes sorprendentemente llenan el Escenario Doritos, aunque se ven tan poco animados e interesados como la música que suena.

Spoon, un poco de luz rockera en la indie-oscuridad. Foto: Marko Sauce.
Spoon, un poco de luz rockera en la indie-oscuridad. Foto: Marko Sauce.

SPOON: ROCK DECENTE
Sin mostrar un rock espectacular, Spoon por lo menos le puso un poco de fuerza e interés a un festival que dejaba mucho qué desear. Un “muchas gracias” le bastó a Britt Daniel para que los primeros gritos de alegría de sus fanáticos reunidos en el Escenario Corona se dejaran escuchar.

Con la ronca voz de Daniel y los adecuados teclados de Alex Fischel, estos norteamericanos demostraron que el rock no está muerto en el Corona Capital 2015, solamente había que esperar y caminar mucho para poderlo escuchar.

SLEATER KINNEY: MAGNÍFICO ESTRUENDO

El término Girl Power nunca mejor que con estas maestras. Foto: Marco Sauce.
El término Girl Power nunca mejor empleado que con estas maestras. Foto: Marco Sauce.

Por su parte, a este trío compuesto por únicamente integrantes femeninas, sólo le bastaron dos guitarras y una batería (y aveces un bajo) para hacer gala de la fuerza que se aleja de las niñerías que predominaron en el #CC15.

Y como si no hubieran descansado de los escenarios por más de 10 años, demostraron que su punk rock esta más vivo que nunca, y que el nuevo álbum que sacaron este año, fácilmente se podría colar a lo mejor del 2015.

Cuando la música se escucha fuerte y claro, las palabras sobran, Pixies. Foto: Marko Sauce.
Cuando la música se escucha fuerte y claro las palabras sobran, Pixies. Foto: Marko Sauce.

PIXIES: MONUMENTALES
Ante un público que por fin entonaba como fanáticos apasionados varias de las melodías que se hacían sonar en el entarimado, Pixies llegaron por segunda vez en su historia al Corona Capital. Y aún así, la gente no le hizo justicia a estos bostonianos con más de 25 años de carrera.

Demostrando que el rock es uno de los géneros más importantes de la música, si no es que el más, los Pixies se desenvolvieron con la gracia que los años de experiencia y madurez les han dado.

Pues con pausas que sólo indican mayor desenfreno, guitarrazos impecables y gritos que vienen desde las entrañas; Black Francis y sus perfectos colegas, dieron una clase magistral de rock, pues pasarán y pasarán los años, y la música de Pixies seguirá siendo indispensable.

Ratatat, puro escándalo nada de la sensibilidad que nos habían mostrado e su discos. Foto: Marko Sauce.
Ratatat, puro escándalo nada de la sensibilidad que nos habían mostrado e su discos. Foto: Marko Sauce.

RATATAT: DECEPCIONATE
Destrozando el Escenario Corona Light con un sonido exageradamente alto, que sólo era disfrutable a mínimo 100 metros de distancia, este dúo instrumental neoyorkino no hizo gala del sonido que los hizo trascendentes en el 2010 con su álbum ‘LP4’.

En su lugar, impusieron ‘Magnifique’, su más reciente material discográfico que tiene mucho ruido y poca sustancia. Lo que en realidad parecía no importarle a los miles que se reunieron a “escucharlos” y danzar, seguramente llevados por las bebidas espirituosas y cigarros de mota de rolaban por el lugar.

Este tipo de música tiene que hacernos vibrar, no por unas bocinas propias de transporte público, sino con emociones sónicas que conecten, casi, por inercia pura.

Ni los grandes éxitos del DJ escocés lo salvaron de la simpleza. Foto: Marko Sauce.
Ni los grandes éxitos de Harris lo salvaron de la simpleza. Foto: Marko Sauce.

CALVIN HARRIS: PREDECIBLE CIERRE PARA UN PREDECIBLE FESTIVAL
Público que no sabe qué hacer si no lo ordena el pinchadiscos que se siente rockstar, fue el común denominador de la presentación de este escocés, quien le dio un adecuado pobre cierre, a la nada memorable edición de este año del Corona Capital.


 

Grandes decepciones (Calvin Harris, Ratatat, Miami Horror, MEW, The Charlatans), pocas presentaciones rescatables (SOHN, TOKiMonsta, Spoon) y muchos menos grupos innegablemente talentosos (Pixies y Sleater Kinney), fueron la prueba de que esta fiesta musical debe estar muy atenta sobre el talento que contrata.

Todo, con el objetivo de poder seguir ondeando la merecida bandera que se había ganado, la de ser uno de los festivales más importantes de México. De lo contrario, perderá la notoriedad mundial que estaba obteniendo.

Por: Ángel Caballero

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